Tesoro de la ingeniería espacial: la Estación de Comunicaciones por Satélite de Buitrago recibe la protección BIC

Ha tenido un papel relevante en la investigación aeroespacial durante el siglo pasado y para la llegada del hombre a la Luna

  • El edificio, obra de Cano Lasso y Juan Antonio Ridruejo, es una construcción de 1967 clave de la arquitectura de la época.
  • Destaca su adecuación al entorno natural combinando edificabilidad, ciencia y naturaleza de forma equilibrada.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este miércoles declarar Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Sitio Científico, la Estación de Comunicaciones por Satélite de Buitrago del Lozoya.

La construcción tiene su origen en las misiones Apolo de la NASA en unas instalaciones que jugaron un papel importante para llegada del hombre a la Luna en 1969.

La necesidad de la agencia espacial estadounidense de mantener el contacto con las naves en órbita hizo necesaria la construcción de estaciones en diferentes lugares del planeta, capaces de dar respuesta tanto a los requerimientos de las comunicaciones como a las transmisiones de las señales televisivas que forman parte de la memoria colectiva.

La estación en Buitrago del Lozoya se convierte así en un ejemplo de la innovación tecnológica más puntera del momento en el contexto de la investigación aeroespacial de la época.

El edificio, obra de los arquitectos Cano Lasso y Juan Antonio Ridruejo para la Compañía Telefónica Nacional de España, se proyectó y construyó en muy pocos meses entre 1966 y 1967 y se concibió en conjunto con las antenas de comunicación.

Se trata de una obra clave en la arquitectura española de la época -ubicada junto a una carretera-, ya que destaca por ser una de las escasas no residenciales que se insertan en un paisaje agreste.

Su adecuación al paisaje natural es una de sus características más importantes, combinado de forma armónica e integradora edificabilidad, ciencia y naturaleza.

Se trata de una obra precursora de la arquitectura sostenible, al haber apostado por materiales de la zona -ladrillo de barro- y haber priorizado los lazos sociales del entorno más próximo. De hecho, este estilo ha sido imitado por otras centrales que se desarrollaron con posterioridad.

 

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